31 Mujeres: Gerty Cori

31 Mujeres: Gerty Cori

Gerty Theresa Radnitz nació en Praga. Su familia, de origen judío, disfrutaba de una posición acomodada. En 1914 se matriculó en la Facultad de Medicina y durante sus estudios conoció a Carlo Cori, con quien se casó en 1920. Dos años más tarde ambos emigraron a Estados Unidos, donde Carl había obtenido un puesto como investigador en el State Institute for the Study of Malignant Diseases (el actual Roswell Park Memorial Institute), situado en el estado de Nueva York. Las normas del Instituto prohibían admitir a más de un miembro de la misma familia, por lo que a Gerty no le quedó más remedio que completar un doctorado como ayudante de laboratorio.

Se especializó en bioquímica y estudió junto con su marido el metabolismo de la glucosa, uno de los hidratos de carbono que sirven de «carburante muscular». En 1936 dio a luz a su hijo, pero ello no le impidió continuar su actividad científica: ese mismo año descubrió, junto con su marido, la glucosa-1-fosfato, un producto intermedio que resulta de la descomposición del glucógeno. Hoy en día se lo conoce como «éster de Cori», en honor a su descubridora. Las formulaciones de esta teoría sobre el metabolismo de los hidratos de carbono y la determinación del papel que desempeñan las enzimas fueron decisivas para que en 1947 se concediese a ambos el premio Nobel.

Gerty se convirtió así en la primera mujer que obtuvo este galardón en el campo de la medicina. Sólo después de la concesión del Nobel se otorgó a Gerty Cori una cátedra en la misma universidad en la que trabajaba su marido. Sus descubrimientos resultaron esenciales para el tratamiento de la diabetes.

 

  

Sus inicios en EE.UU. fueron duros

Gerty tuvo un puesto de asistente de investigación en la Universidad de Washington con un salario cinco veces menor que el de su marido. Años después consiguió una plaza de catedrática en esa misma universidad.

Referencia internacional de bioquímica experimental

En las décadas de los 40 y 50 el laboratorio de Gerty tuvo una gran importancia y por él pasaron algunos de los mejores investigadores de la época como laboratorio pasaron investigadores importantes Arthur Kornberg,  Earl Sutherland, Christian de Duve, Edwin G. Krebs y el español Severo Ochoa.