31 Mujeres: Catalina de Médicis

31 Mujeres: Catalina de Médicis

 

Huérfana desde muy pequeña, Catalina fue encomendada a su tío, el cardenal Julio de Médicis (futuro papa Clemente VII). A los catorce años fue entregada en matrimonio a Enrique, segundo hijo de Francisco I, para consolidar la alianza entre el  papado y el reinado de Francia. Sus primeros años en un país extranjero que la toleraba mal no fueron fáciles: no lograba quedarse embarazada y su marido había hallado el consuelo en brazos de Diana de Poitiers. Finalmente, tuvo una hija (Isabel) en 1545, a la que siguieron otros siete hijos más. Mientras ella se ocupaba de la familia , cambiaron muchas cosas: la muerte del primogénito Francisco de Valois, primero, y luego la del padre llevaron a Enrique III al trono (1547) y ella se convirtió en reina.

Doce años después falleció Enrique II y se quedó sola al frente del poder, que gestionó en nombre de sus hijos menores de edad. Catalina se vio así catapultada a la cumbre del Estado en un periodo de grandes disturbios, sobre todo por la furibunda lucha entre católicos y hugonotes. En un primer momento, intentó conciliar a ambas facciones, concediendo libertad religiosa a los protestantes con el edicto de Amboise (1563), pero luego se declaró abiertamente a favor de los católicos organizando una matanza de hugonotes la noche del 23 al 24 de agosto de 1572. En 1574 murió su hijo Carlos IX y le sucedió Enrique III. Pese a las mil tribulaciones, Catalina introdujo en Francia el gusto por el lujo, el arte y las costumbres italianas. 

Murió en 1589, unos meses antes que su hijo Enrique III.

 

Sepultura en Saint-Denis

El escultor francés Germain Pilon fue el encargado de realizar las estatuas de Catalina de Médicis y Enrique II de Valois para adornar la tumba de los soberanos en la iglesia de Saint Denis.

Revolucionó la cocina francesa

Fue Catalina la que dividió los platos en salados y dulces e impuso en las mesas de Francia el tenedor, porque los franceses seguían comiendo con las manos. Importó a París lo que luego se convirtieron en macarons, la tortilla francesa, las crepes, la «francesinha», la sopa de cebolla y los buñuelos.