31 Mujeres: Tamara de Lempicka

31 Mujeres: Tamara de Lempicka

 

El misterio de Maria Gurwik-Górska, el verdadero nombre de Tamara de Lempicka, comienza con su nacimiento, ya que afirmaba que había nacido en Varsovia en 1902. Aprendió a pintar a la acuarela de niña, en el viaje con su abuela a Italia y Francia, y desde ese momento la pintura se convirtió en parte de su vida. A los dieciocho años se casó con el abogado Tadeusz Lempicki y tuvo una hija con él. Huida de Rusia tras la Revolución de octubre, se refugió en París, donde frecuentó la Acadèmie de la Grande Chaumière y recibió las lecciones de Maurice Denis y André Lhote. Expuso por primera vez en 1922 en el Salon d'Automne y logró un gran éxito de crítica y público. En 1933 se volvió a casar con el barón Raoul Kuffner y se instalaron en Nueva York en 1943.

En la décadas de los 40 perfeccionó su técnica, caracterizada por el uso de la espátula en lugar del pincel, la presencia de contornos menos precisos y la ausencia prácticamente de colores. Este cambio obedecía a una profunda depresión que sufrió en esos años: abandonó los temas de fuerte carga erótica para dedicarse a otros más místicos, a figuras de mujeres menos sofisticadas. Todo aquello contrastaba demasiado con lo anterior y dejó de ser una pintora apreciada por un tiempo. Tras el fracaso de muestra en Nueva York en 1962, manifestó su intención de no volver a exponer en público.

En 1978 se trasladó a vivir a México donde falleció dos años más tarde.

 

Inició una vida mundana

El éxito obtenido por sus exposiciones le llevó a iniciar un cambio de vida llena de amantes, fiestas, cocaína, un alocado ritmo de trabajo y cuadros realizados a altas horas de la noche.

La «baronesa del pincel» o la «reina del art decó»

Estos son los apodos que le dedicaban a Tamara de Lempicka porque se mostraba más como una diva que como una pintora. No en vano la llamaban la Garbo del Este. Gran parte de su atractivo deriva de haber sabido crear un halo de misterio en torno a su vida.